Reino Unido mantuvo la postura que había advertido ya en días previos a la celebración de la cumbre en Bélgica
En el día de hoy se ha llavado adelante el segundo día de la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de la UE, la cual ha sido concluída con un notable aislamiento por parte del Reino Unido, que no ha estado de acuerdo en la elaboración de un nuevo tratado que consolide la disciplina presupuestaria en la zona euro.
Durante la realización de la cumbre, se han tratado diferentes medidas cuya finalidad es terminar con la crisis de la deuda en la eurozona en el corto plazo, lo que ha sido acogido de forma favorable por parte de los mercados financieros.
Como medida a un plazo más largo, la Unión Europea acordó un conjunto de medidas para imponer una estricta disciplina presupuestaria de los países de la moneda única, con la puesta en marcha de la «regla de oro» y su inclusión en las constituciones o legislaciones similares.
Por otra parte, aquellos países con procedimiento por déficit excesivo pronto van a percibir cómo sus cuentas públicas son fiscalizadas por las instituciones de la Unión Europea, con la finalidad de que retornen lo antes posible al equilibrio presupuestario.
Si bien en principio se encontraba de acuerdo acerca de las medidas y rumbo a seguir por para de los países de la UE, el primer ministro británico, David Cameron, marcó y dejó bien clara su disconformidad cuando surgió el tema acerca del marco legal de como llegar a hacerlo, ya que exigía que el centro financiero de Londres quedara exonerada de ciertas regulaciones comunitarias sobre los servicios financieros, algo que el presidente francés, Nicolas Sarkzoy, consideró «inaceptable».
Como resultado de lo anterior, de este modo, se ha obtenido un nuevo tratado intergubernamental, con al menos 23 países de la UE, mientras que los países Suecia, República Checa y Hungría han mostrado su disposición a sumarse, si bien precisan consultar previamente a sus respectivos parlamentos.
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha sostenido por su parte, que el nuevo tratado se elaborará «lo antes posible» y destacó que «veintiséis líderes están a favor de participar en este esfuerzo», así lo ha informado la Agencia EFE.
Van Rompuy recalcó por su parte que el futuro tratado será vinculante para los países que participen en él.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, señaló por otra parte, que en esta cumbre que marcó el final de la presidencia semestral de su país, «nuestra preferencia era para un tratado a Veintisiete. Lo intentamos pero no hubo unanimidad».
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, indicó que su institución va a ponerse en marcha «rápidamente» para la elaboración del nuevo texto.
Barroso por su parte ha resaltado que el nuevo tratado de carácter internacional (ya que no abarcará a toda la UE) no supondrá una cesión de nuevas competencias a Bruselas, «sino más poder de acción en las instituciones de la UE para competencias que ya existen».
El primer ministro holandés, Mark Rutte, descartó celebrar un referéndum para la ratificación del futuro tratado.
